Laura, sesión infantil en estudio
Si tu peque es inquieto y tienes miedo de traerlo al estudio a hacerle fotos: olvida tus miedos!! Un fotógrafo profesional está acostumbrado a que no quiera ponerse esto o a que no se esté quieto. Los niños tienen su propio ritmo y hay que saber adaptarse a ellos, no solo con dosis de paciencia infinita, sino aprender a compaginarlo con hacer fotos y sacar sus mejores gestos y sus mejores sonrisas. La sesión de Laura fue movida pero muy muy divertida. Y es eso lo que me encanta de las sesiones de fotos infantiles: que son espontáneas, dulces y me lo paso genial con los peques. Mil gracias a Ana por poner los recuerdos de su pequeña en mis manos!