¿Quién es Caléndula Studio?
La palabra meraki proviene del griego y no se puede dar una traducción exacta en otros idiomas. “Meraki es hacer algo desde el alma, dedicando empeño, transmitiendo amor en cada uno de los gestos, creando un ambiente idóneo para desarrollar la creatividad para conseguir algo DIFERENTE donde estemos reflejados nosotros mismos”. Se podría decir que meraki es AMOR, PASIÓN y CREATIVIDAD. Se podría definir a Caléndula y a mí misma con esa palabra.
Me encantan los súper héroes. Para mí la fotografía es un súper poder: el de parar el tiempo. Ser fotógrafa social es algo que se lleva mucho de ti y de tu ser, ya que estás en los momentos más bonitos de la vida de la gente (bodas, nacimientos, embarazos…)
La fotografía es la continuación natural de la historia de nuestra vida, nuestras experiencias y nuestro pasado se funden en imágenes que guardamos como tesoros que estarán en nuestra familia por generaciones. ¿Cómo no voy a amar algo que perdura para siempre?
¿Cómo llegaste a ser fotógrafa?
Con tan solo 18 añitos me quedé trabajando en la empresa donde hice las prácticas de mi ciclo de laboratorio de imagen. De ella aprendí la constancia de luchar por lo que quieres, los altibajos que sufren las empresas pequeñitas y que tener una empresa es una planta que se riega cada día.
Después de unos años más de formación, empecé a trabajar en un laboratorio. A día de hoy sigo amando maquetar álbumes y diseñar campañas como el primer día que entré por esa puerta. Aprendí qué son guardas, tarlatanas y encuadernaciones japonesas, belgas… A la vez, trabajaba con un fotógrafo con más de 40 años de experiencia haciendo bodas y comuniones. A él le debo las largas conversaciones hablando sobre Lewis Hine y Rober Capa, sobre cómo la gente en los años 80 volvía en verano a casarse al pueblo y se pasaba todo agosto de lunes a domingo haciendo bodas, de cómo se revelaba con químicos, de cómo la fotografía antes era una cuenta matemática (película de 400 en sol, diafragma 8 y 1/160 de velocidad = foto perfecta) y ahora va más de sentimientos, de personas, de emociones.
Mi trabajo siempre me ha guiado. Después de 4 años en el laboratorio, me mudé desde Extremadura a Alicante para trabajar con una de las mejores fotógrafas infantiles del país, lo que abrió mi mente y me enseñó otro nivel de trabajo, de exigencia y fue una prueba tanto laboral como personal.
Disfrutaba de los domingos leyendo en la playa y tanto tiempo a 800 kilómetros de los míos me llevó a pensar que quería hacer un proyecto único, algo que marcase mi vida y la vida muchas personas. Y así nació Caléndula.